- Micky Turci
- 7 abr 2018
- 6 Min. de lectura

Paseando por una extraña playa, se encuentran por la orilla Mark Zuckerberg, Larry Page y Sergey Brin, es un paraje inhóspito aunque ya conocido porque tiempo ha lo describió Maurice Joly. El infierno (*).
Los tres fundadores del mundo, al menos del mundo que ocupa la Tierra en este milisegundo astronómico en el que vivimos , no ven nada extraño en el encuentro, aunque de la misma manera que Montesquieu y Maquiavelo se percataron de que esta morada no es el paraíso, ellos son conscientes que se han ganado ser habitantes de este lugar, pero siguen paseando sin alarmarse, esta vez juntos.
No tardan en entrar a filosofar y a buscar las razones de sus errores cuando Brin, de forma educada le dice a Mark:
SB: - Querido amigo, en Facebook todo iba bien, pero cometiste el error de montar una capa demasiado humanizada sobre tu Big Data, y eso se llama partidismo y censura.
El fundador de Facebook, sin contestar, siguie caminando cabizbajo sin inmutarse.
Se hace un silencio, y para romperlo, Larry Page insiste, pero comienza a justificar a Mark.
LP: - Mark, no te lo tomes a mal, pero creo que querer controlar la opinión de miles de millones de personas es algo arriesgado. Tu tenías que controlar el rebaño, la cerca, que no faltara el pasto, tu podías alentar las relaciones, era la oportunidad de cumplir con el paradigma de la objetividad: quedarte al margen y mostrar las cosas tal y como son. Pero, querido amigo, te pudo la ambición del dinero primero y la del poder después.
Serguey, sigue el discurso de su socio y no deja que Mark se defienda o explique.
SB: - "Zuck"... Y cometiste un gravísimo error, le diste la espalda al cuarto poder, miles de medios de comunicación de todo el mundo vieron en ti a un aliado y construyeron tu diálogo con las personas, porque los contenidos de Facebook no eran tuyos, era un mundo colaborativo reflejo de la sociedad y tú un buen día cambiaste tu posición.
LP: - Sí, la cambiaste y en una clara actitud comercial, le dijiste al mundo que Facebook era para las personas y debía estar hecho por las personas y de un plumazo te cargaste, o casi, la presencia de los Medios en tu muro, la presencia de tantas cabeceras, muchas nacidas a tu amparo y respaldadas por tus usuarios con millones de "Likes". ¿Esos "likes" ya no valen? Has acabado tú mismo con la propia filosofía del sitio que creaste y no es la primera vez, lo hiciste hace años cuando te percataste que el permitir aplicaciones de terceros dentro de Facebook no era tan buena idea y lo hiciste cuando mucha gente vivía de esas aplicaciones. Te las cargaste de un plumazo sin pensar en las consecuencias...
SB: - Mark, estamos seguros de que las millones de criticas que te están llegando las tenías muy valoradas, sabías lo que iba a ocurrir. Los Medios que tanto te dieron no pueden permitirse caer en audiencias y sencillamente lo que has logrado ha sido que se rasquen el bolsillo y paguen su presencia. Lo del "people first" es una patraña.
LP: - ¡Ay! Qué osado has sido, ahora las consecuencias son impredecibles para ti, la Prensa te va a fustigar hasta que no les quede fusta y además está lo de Cambridge Analytica y, con dos cojones, ¡¡¡has reconocido la culpa!!! No se puede ser tan Naïf. Mira Cristina Cifuentes.... ¡Negarlo hasta el final, hombre! eso es lo que hay que hacer.
Mark Zuckerberg ante las acusaciones de sus compañeros de paseo, no acababa de lanzarse a hablar, pero fue ante un titubeo de Brin cuando el joven estalló.
MZ: - ¿Qué hay de lícito en vuestro buscador? Al fin y al cabo hacéis lo mismo. posicionar términos alienta que un algoritmo creado para vuestros fines comerciales se camufle, y lo lleva haciendo más de dos décadas, jugando con el ingenio de los SEO para batirse en combate unos contra otros, hallando caminos distintos para estar los primeros. Vuestro buscador no es un sistema democrático en ningún caso. Es un galimatías tan complejo que para poder optimizar tu presencia tienes que inventar tantas argucias que se desvirtúa el sentido real que debería tener: el ser. Pero con los años ha primado más "el estar". No tenéis ninguna fuerza moral para criticar mi sistema, ni tenéis argumentos para hacer creer a nadie que vuestro buscador no es un monopolio, cualquier buscador lo es. Plantáis los primeros resultados, los pagados por encima de los demás y con la mera excusa de imprimir la palabra "anuncios" restáis presencia a todo lo demás, porque el orden es jerárquico, y no hay otra forma de estructurarlo. Tan hipócrita es el sistema como falto de espíritu. Facebook al menos presenta las historias en un escaparate aleatorio, que viraliza con el compartir...
Se hizo un largo silencio y los tres paseantes vieron a lo lejos dos figuras en el horizonte, dejaron a un lado sus diferencias y empezaron a pensar quiénes podían estar también en este averno. Serguey apostó por que quienes venían a su encuentro eran Reid Hoffman, fundador de Linkedin y Jeff Bezos, factótum de Amazon. Y Larry Page sentenció:
LP: - Sí, creo que pueden ser ellos, como podría ser Jack Ma, fundador de Alibaba, no olvidemos que su red de ventas tiene el nombre de un buen chico al que acompañaban 40 ladrones. Al fin y al cabo si estamos aquí es porque algo no hemos hecho bien. Ellos también son parte de la fundación del mundo como se conoce ahora y para nada han intentado democratizar sus herramientas, son parte de la encarnizada competencia que ya está instalada entre nosotros. El monopolio del empleo lo tiene Hoffman y las ventas por la red lo tiene Jeff y nosotros les hacemos el juego...
MZ: - El uso de los buscadores es tan amoral como la filtración de datos, los buscadores sitúan por términos noticias que no lo son y engañan al público haciéndoles creer que aquello que encuentran son noticias veraces, cotejadas y desprendidas de sesgos, olores y colores.
Y en esto iba Mark atizando contra los sistemas de Google y su monopolizante destreza para seguir siendo el rey cuando vieron dibujadas las caras de quiene llegaban a su encuentro. Eran el mismísimo barón de Montesquieu y el "mal juzgado" Maquiavelo.
Al verlos Se dieron cuenta de que su presencia aquí iba a ser duradera, tal vez hasta el fin de los tiempos conocidos... Comenzaron a hablar los cinco y a excusar los unos a los otros el porqué de su presencia en el escenario de Dante. Los tres más jóvenes no entendían que el prócer de la separación de poderes estuviera confinado en esta playa oscura, ¿Era su pecado el haber dicho que el hombre es malo por naturaleza? ¿Y don Nicolás? Tan solo hizo que advertir a los príncipes que el modo de pervivir en su tiranía era acabar con su contrario, con la familia de éste y con todo lo que oliera al sentenciado, pero se lavó las manos diciendo que esto quedaba bien lejos de lo moral, que es lo recomendado, pero...
Los filósofos centenarios quisieron pronto entender cuáles eran las razones de la presencia de los tres jóvenes en la última playa. Cada uno explicó lo que había hecho, construido y liderado. Lo explicaron de manera objetiva, sacaron a relucir el poder y la gloria, el dinero, la riqueza que manejaban y lo que con ella podían hacer, el uso de las masas, las dificultades que planteaban a los que podían contar noticias, su desdén a la hora de saber si el contenido de lo que diseminaban por sus redes era cierto o no...
Fueron varias horas narrando el mundo como es ahora. Hasta que volvió a hacerse un largo silencio entre los cinco hombres que ahora permanecían sentados alrededor de una hoguera de las muchas que llenaban de humo la playa y combinadas con nubes negras y aterradoras servían de capilla a estas pobres almas.
Tras el silencio, el barón francés se quejó del mundo, lo denostó se sintió mal porque ni de lejos pensó que aquello pudiera ocurrir... "Ya sé que yo insistí en que todos los hombres aspiran al dominio y ninguno renunciará a la opresión si pudiera ejercerla, pero no creí que la humanidad siguiera así siglos después". Incluso con alguna lágrima de rabia hizo temblar con sus reproches a los tres recién llegados.
Maquiavelo, en su sentido práctico de las circunstancias, en su tangencial consultoría de la vida, libre de ataduras morales, quiso quitarle peso a todo ellos y sentenció con la sorna que nadie se imagina que usó cuando escribió El Príncipe: ¿Entonces, lo que facebook te da Google te lo quita? ¿O es al revés?
Los cinco se miraron y se echaron a reír.
(*) Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, Autor: Maurice Joly